La Libertad Guiando al Pueblo - Análisis
julio 26, 2020La Libertad Guiando al Pueblo
- Artista: Eugène Delacroix
- Año: 1830
- Técnica: Óleo sobre lienzo.
- Medidas: 2,60 mts x 3,25 mts
- Localización: Museo del Louvre - París
Este cuadro pertenece al período del Romanticismo. Para
empezar a entender esta corriente, y a su vez, a la obra, tenemos que ubicarnos
en el contexto histórico. Finales del siglo XVIII. Francia atravesaba la, valga
redundancia, Revolución Francesa y, paralelamente, las conquistas napoleónicas
azotaban a todo el continente europeo. Algunos años antes, en Inglaterra,
sucedía la Revolución de las Trece Colonias, mientras que la vida agraria
empezaba a cambiar como consecuencia de La Primera Revolución Industrial.
Estas insurrecciones, como es de esperarse, serían de gran
influencia para el arte que llegaría en los años siguientes.
El movimiento Romántico nace como una contraposición al
neoclasicismo, refutandolo al priorizar los sentimientos a la razón, creyendo que la
realidad era demasiado dura y compleja para poder interpretarla solo a través
de esta última. Fue una corriente que nació en Alemania e Inglaterra, pero que
se expandió por todo el continente europeo, teniendo influencias en la
literatura, la música, la política y, por supuesto, en la pintura.
Se revalorizó al individuo y a la naturaleza, siendo estos
acompañados por características como la soledad, la introspección y el aislamiento.
Pero también se le dio importancia a la libertad y a la rebeldía, rescatando
temas como el patriotismo, explorando temas históricos y folclóricos; sobre todo
de la Edad Media, o relacionándose con movimientos sociales como los que
llegaron gracias a la Revolución Francesa.
Así nace este cuadro pintado por Eugéne Delacroix, quien
retrata la Revolución parisina contra el rey Carlos X, el cuál estaba tomando
medidas represivas contra el pueblo francés.
Composición
El cuadro tiene una maestría y una belleza estética
innegable, además de una composición narrativa de la que gozaré hacer un desglose.
Para empezar, el cuadro se nos presenta de forma piramidal y dividida en varios
planos. El primer plano, que es también la base del triángulo, está conformada
por los cuerpos de los caídos en batalla, a medida que vamos subiendo nos encontramos al pueblo, el cuál está siendo guiado por la figura de la libertad, de quien
hablaremos más adelante. Finalmente, llegamos a la bandera francesa, la punta del triángulo, alzándose gloriosa sobre todo lo demás.
Si nos fijamos al fondo, podemos ver algunos edificios franceses y la catedral de Notre Dame, difuminada por el humo de la pólvora, que se expande por toda la zona de atrás, donde casi no se aprecian las pinceladas, dándole un tono más siniestro tenebrista que contrasta con los colores vívidos e iluminados que se muestran sobre todo en la bandera.
La luz parece provenir del lado izquierdo, pero no posee una fuente clara, además no solo ilumina a la libertad, sino que cae directamente en lo que parece ser
la figura de uno de los hombres asesinados en la batalla contra la monarquía. Se diferencia con los oficiales defensores del rey, los cuales yacen muertos, boca abajo
y en las sombras.
El cuadro logra generar profundidad mediante recursos como
la perspectiva geométrica, o sea; las figuras disminuyen su tamaño a medida que
se alejan del primer plano. También se apoya en el uso de los llamados escorzos, una
técnica donde las figuras se muestran en posición perpendicular u oblicua a nivel
visual.
El tratamiento de las formas, como ocurre en el romanticismo
en general, son realistas y presentan un movimiento muy fluido. Se unifican no
solo mediante a la predominancia de las líneas verticales, sino gracias al uso
de algunos colores que resaltan por sobre la paleta de tonos ocres y oscuros.
Se puede presenciar el uso del rojo y del azul en las figuras del hombre de la
camisa blanca, y del que está postrado mirando hacia la figura de la libertad.
El rojo también aparece en el fondo, en una bandera llevada por el pueblo.
Estos colores, además de unificar, intentan transmitir sentimientos, una característica
común en el romanticismo que, como dijimos, siempre los priorizaba por sobre la
razón.
Figuras
En el cuadro podemos encontrar diversos simbolismos y
alegorías muy interesantes, siendo la principal la personificación de la Libertad.
Está representada como una mujer con los senos al descubierto. En una mano
lleva un fusil, mientras que con la otra ostenta la bandera de Francia; avanza
sobre los cuerpos de los caídos, y no hay ningún obstáculo que la interrumpa,
está ligeramente elevada y la pintura parece estar armada en torno a su figura.
Se la ve como a una mujer muy bella y a la vez firme, con una expresión de
decisión. Lleva en su cabeza un gorro frigio, símbolo revolucionario.
El hecho de que la libertad esté sobre los fallecidos, con
un fusil en la mano, representa para mi un mensaje muy claro; la libertad solo
se consigue a través de la imposición e incluso, la violencia. No afirmo esto,
ya que soy consciente de que puedo estar equivocado en creer que este es el mensaje, pero es inocente pensar
que se puede conseguir la libertad sin derramar una gota de sangre. Las vías "pacíficas" nunca son completamente pacíficas, y utilizar la diplomacia frente a los
dictadores es una práctica que tranquilamente puedo describir como inútil.
Otro detalle que se puede sacar es que no hay nadie
liderando esta revolución, sino que el pueblo emerge de la niebla en conjunto, siendo la figura de la libertad la que parece estar al mando. Pero como ya
sabemos, ella es un concepto abstracto. El cuadro combina dos formas; por un
lado es un cuadro histórico, pues retrata un momento que verdaderamente
sucedió, pero también es una pintura alegórica, pues representa un término abstracto mediante la personificación y los simbolismos. La motivación y razón
del pueblo, la que los guía es la búsqueda de la libertad.
Pero si vemos más allá de ella, nos encontramos con otros
elementos muy destacables. Por ejemplo, cercano a ella aparece un hombre con
sombrero de copa, elemento propio de la burguesía, que se une a la clase obrera
en la revolución. Este hombre parece ser un autorretrato del pintor, quien en
realidad no participó de los hechos. Una vez más, haciendo una suposición, pienso que es una forma de
hacer notar que esta es su contribución y apoyo a la revolución, pintándose a
sí mismo de manera alegórica participando activamente del suceso.
Tirado a los pies de la mujer, un hombre la mira con anhelo,
vistiendo el mismo los colores de la bandera. Parece estar herido, sin embargo,
es el único mirando directamente a la libertad, quizás dando a entender que
valió la pena morir, porque encontró lo que buscaba.
Conclusión
Este cuadro es sencillamente una obra de arte preciosa y con mucho significado. El movimiento, la luz y el color se utilizan de forma
impresionante y entregan una esteticidad y unos simbolismos que enriquecen a la
pintura. La composición en sí misma es una genialidad narrativa y utiliza cada
elemento para expresar su mensaje, a la vez que transmite las sensaciones de
libertad y dramatismo.
El tema en sí mismo es universal. A día de hoy, aun muchos siguen en búsqueda de la libertad. Incluso cuando los medios son diferentes, cuando
las formas de expresión y de pelea son diferentes, y hasta cuando ahora la
libertad no siempre significa el derrocar a un dictador o mucho menos a un rey
absolutista, sino liberarnos de los prejuicios de la sociedad, aun la
anhelamos. Alzamos la vista, y la tenemos presente como aquel hombre vestido de azul,
sabiendo que tarde o temprano la alcanzaremos.
Espero que les haya interesado y hayan leído hasta el final.
No duden en comentar y dejar sus opiniones, de las que estaremos muy al tanto.
Si quieren un análisis de otro cuadro no duden en pedirlo. ¡Gracias por leer, y
nos vemos en el próximo post!
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